Annette Klingelhöfer

“Mi familia y pastelería, se remontan hasta tiempos muy lejanos... Soy la quinta generación de pasteleros ahora mismo. Y créeme, es una batalla diaria. Porque quiero hacer que la oferta tradicional de la pastelería de mi familia evolucione hacia nuevos sabores, más intrépidos, más modernos.

"Créeme: ser la quinta generación de pasteleros en una empresa familiar puede ser una batalla. Pero merece la pena, cada segundo."

Quiero aprender. Compartir las historias detrás de nuestros ingredientes con nuestro personal y clientes. Conectar con los agricultores locales que nos suministran la harina, la leche y el queso o con los agricultores que cultivan nuestra vainilla y el cacao en grano para nuestro chocolate. Es por ello que viajo a Madagascar la próxima semana. Para llegar a conocer sus historias. Entender cómo lo hacen. Ser un chef de repostería no se trata simplemente de pasar tiempo en la cocina. No es simplemente formar a nuestro personal. Se trata también de salir allí fuera, estar entre las personas que cuidan de nuestros ingredientes, recoger sus conocimientos y compartir nuestra pasión con nuestros clientes. Cuando veo su respuesta, sé que vale la pena seguir luchando cada segundo.”